Desde hace un tiempo se ha popularizado el concepto «minimoon». Y Fuerteventura es el lugar ideal para vivirlo.
Seguro que lo habréis escuchado. Llegó de Estados Unidos, pero en el resto del mundo ya ha cogido tanta fuerza que en algunos casos ha conseguido desbancar a su hermana mayor, la «honeymoon», la luna de miel tradicional. Los recién casados cada vez apuestan más por esta versión actualizada del viaje de novios, que consiste en una escapada corta, pero igual de romántica, en lugar de un largo viaje.
Como no llegan a la semana, hay que buscar destinos cercanos donde podamos disfrutar durante 4-5 días. En este sentido, cualquiera de las Islas Canarias es una opción muy a tener en cuenta, aunque en esta ocasión hemos elegido Fuerteventura y sus más de 150 kilómetros de playa.
La isla, declarada Reserva de la Biosfera, ofrece la armonía perfecta entre un litoral de aguas color esmeralda y arena blanca, ideales para la práctica de deportes de «viento y olas», y sus austeros paisajes volcánicos. Pero vayamos al grano: si os escapáis a la isla para una minimoon, esto es lo que no podéis perderos. Así que… ¡vamos a exprimir al máximo nuestro tiempo!
Playas paradisíacas junto a un paisaje dunar: el Parque Natural de Corralejo
Parece una antítesis, pero no lo es. Junto a un inmenso campo de dunas se extienden kilómetros de playas de arena blanca y aguas transparentes. No hay nada más romántico que pasear juntos en este paraíso y hacernos selfies a cada paso, combinándolo además con refrescantes chapuzones en el mar turquesa y baños de sol sobre la arena. Inolvidable.
Este lugar tan especial se encuentra en el norte de la isla, en la localidad de Corralejo, un núcleo turístico de lo más animado con decenas de restaurantes, comercios, terrazas, locales de ocio… para poder disfrutar también de las agradables noches de Fuerteventura al aire libre.
Un paso más allá: el islote de Lobos
Desde las paradisíacas playas de Corralejo podemos ver con claridad el cercano y deshabitado islote de Lobos, llamado así porque antiguamente residía allí una colonia de lobos marinos. A este Parque Natural se llega en embarcaciones que realizan varios viajes al día de ida y vuelta, aunque debemos tener en cuenta que para poder visitarlo hay que solicitar previamente un permiso al Cabildo de Fuerteventura, pues el número de visitas está restringido, lo cual nos da idea del incalculable valor de este territorio. Desde las maravillosas playas solitarias y vírgenes de Lobos se divisa la costa norte de Fuerteventura y la zona sur de la también vecina isla de Lanzarote. Pasear por sus senderos y sentir de cerca sus paisajes volcánicos es una experiencia mágica.
De las playas del norte a las del sur: la península de Jandía
Y si hemos empezado nuestra visita a Fuerteventura por el norte, no debemos olvidar el otro extremo, el sur, donde encontraremos kilómetros de playas maravillosas y para todos los gustos, donde además se celebra cada año el Campeonato Mundial de Windsurf y Kiteboarding. En esta parte de la isla, en la península de Jandía, se encuentra Costa Calma, otro de los núcleos turísticos con playas de aguas tranquilas y una variada oferta alojativa y de ocio. Si seguimos la línea de costa en la misma dirección sur, encontraremos una sucesión de playas y pequeñas calas a cuál más maravillosa. ¡Seguro que queremos parar en todas!: Sotavento, Esquinzo, Butihondo, Solana del Matorral, Morro Jable… difícil elegir. Sin embargo, si realmente queremos perdernos en una de las playas más salvajes y solitarias de Fuerteventura, y de las Islas Canarias, debemos ir a Cofete, en la zona de barlovento. Llegar hasta aquí es algo incómodo, pues tenemos que recorrer en coche una larga pista sin asfaltar, pero la aventura vale la pena.
Betancuria: la primera capital del archipiélago canario
Quizás te parezca que en Fuerteventura solo recorrerás playas. Y aunque este es uno de sus grandes atractivos turísticos, no es el único. También hay lugares para rememorar su historia y su cultura. Uno de estos enclaves es Betancuria, la primera capital de las Islas Canarias y uno de los hitos coloniales más importante de este territorio, cuyo patrimonio histórico artístico te cautivará. Pasear por sus tranquilas callejuelas, donde parece que el tiempo no transcurre, es irrenunciable para cualquier pareja de enamorados.
Tindaya, la montaña sagrada de Fuerteventura
¿Y qué mejor que acabar nuestra minimoon en un rincón muy especial? Los «majos», que así se llamaban los antiguos pobladores de la isla, consideraban Tindaya una montaña sagrada, siendo para ellos un lugar de culto, un halo mágico que ha llegado hasta nuestros días. Ubicada en el noroeste de la isla, muy cerca de La Oliva, esta montaña situada a 400 metros sobre el nivel del mar conserva en su cima una serie de grabados podomorfos realizados en piedra de gran valor arqueológico, considerados Bien de Interés Cultural. No os vayáis de Fuerteventura sin adentraros en la magia de esta pirámide que se eleva en los llanos de Esquinzo y cuyo valor geológico y paisajístico también lo han hecho merecedor de su declaración como espacio natural protegido.